De acuerdo con estudios científicos, en especial los emanados del “Stockholm Resilience Institute” Las presiones generadas por el hombre en el sistema planetario y el entramado natural que soporta la vida han alcanzado un punto tal, que la humanidad ha abierto la posibilidad de que sucedan cambios en el medio ambiente a escala no solo regional sino global. Dicho instituto ha desarrollado estudios para determinar cuáles son los elementos que sumados entre sí, puedan constituir la frontera de la resiliencia planetaria donde una vez cruzados sus límites, se pueda significar un viaje hacia el desencadenamiento de eventos no-lineales de consecuencias inesperadas y desconocidas.
En consecuencia, sería deseable que la humanidad en su conjunto, desarrollarse, de manera inherente a sus nuevos modelos industriales, suficientes elementos que permitan a la humanidad operar aún dentro de los límites de una frontera relativamente segura. Según el documento titulado “Planetary Boundaries: Exploring the safe operating space for humanity” publicado en “Ecology and Society” (Septiembre 2009), dichos elementos son:
Concentración no mayor a 350 ppm de Gases Efecto Invernadero en la atmósfera.
Los gases efecto invernadero (GEI) tienen un accionar directo sobre la temperatura media de la atmósfera; a mayor concentración, mayor temperatura y viceversa. Actualmente hemos rebasado las 345ppm (una concentración mayor a lo registrado en los últimos cien mil años de la historia Geológica de la tierra); lo cual ha acumulado un calentamiento entre 0.8oC y 1oC. Sobra mencionar el incremento de eventos climáticos extremos de los que en los años recientes hemos sido testigos y/o hemos sufrido directamente: Aumento en la intensidad y frecuencia de los huracanes, Sequías, inundaciones, ausencia de nieve, nevadas extremas, etc. El desencadenamiento potencial de eventos no-lineales (sistémicos) al cruzar el límite de concentración de gases invernadero citado en la atmósfera puede significar entre otros ejemplos; una dramática disminución en las masas de hielo polares, que podría ocasionar además de un incremento en los niveles de los océanos; un cambio en la densidad y temperatura de las corrientes marinas, modificando radicalmente las condiciones de todos los climas, pudiendo por ejemplo, cambiar la cuenca del Amazonas de una gran selva tropical (pulmón del planeta), a una gran sabana tropical, liberando en el proceso una gran cantidad de metano (potente gas invernadero que se origina en la putrefacción de la materia orgánica) incrementando mas aun el efecto invernadero, la temperatura del planeta y los efectos sistémicos del cambios climático.
Cambio en el pH del océano hacia los valores ácidos.
Los valores del pH (potencial Hidrógeno) en la naturaleza se agrupan en tres escalas: de cero a seis ácido, de seis a ocho neutro, y de ocho a catorce alcalino. La vida existe al natural en el rango valores neutro. Los océanos capturan a través de su movimiento perpetuo grandes cantidades de dióxido de carbono (GEI) entre otros gases. Estudios recientes han comprobado que niveles altos de CO2 en la atmósfera aumentan su transferencia hacia las masas de agua en movimiento, alterando a su vez su composición química; empujando los valores en la escala neutra hacia la frontera del rango ácido. Aunque dicho cambio de valores no sea muy grande en términos absolutos, causa profundas alteraciones en la vida microscópica de los mares, afectando principalmente la salud, supervivencia y abundancia del plancton (fitoplancton, zooplancton, etc), inicio de todas las cadenas alimenticias, poniendo como consecuencia la biodiversidad de los mares, la abundancia de especies de captura y la fuente de alimentación de una gran parte de la humanidad en riesgo.
Eutrofización excesiva.
Le podríamos definir como un aumento de Nitrógeno, Fósforo, Materia Carbonosa y Demanda Bioquímica de Oxígeno en el agua. Los arrecifes de coral son el hogar de mas una de una cuarta parte de las especies marinas, son la fuente de biodiversidad de los mares y gracias a su biodiversidad la vida en los océanos puede ser exhuberante y abundante. Al alterar las actividades humanas y procesos industriales los ciclos del Nitrógeno (mediante el uso extensivo de agroquímicos que llegan al los cuerpos de agua con la erosión de la tierra cuando llueve) y del Carbono (que llega de manera intensiva a los cuerpos de agua a través de la contaminación por aguas negras), se altera la composición química de los mares, favoreciéndose el predominio de una especie sobre otras (las algas por ejemplo, aprovechan el nitrógeno disponible en abundancia prosperando y multiplicándose en exceso); poniendo en riesgo el equilibrio y biodiversidad de los arrecifes (las fábricas de peces de los mares), de la salud de las cadenas alimenticias, y de la fuente de alimentación de millones de humanos en consecuencia.
Cambios en el uso del suelo y pérdida tanto de biodiversidad como de servicios ambientales.
Los ecosistemas en la tierra permiten el milagro cotidiano de la creación de la vida, es decir gracias a la capacidad fotosíntética que de ellos emana es posible la conversión de materia inorgánica no viva, en materia orgánica viva que posteriormente fluirá a través de todas las cadenas tróficas nutriendo la vida en abundancia. Este milagro solo es posible gracias a la compleja e intrincada interacción de miles de seres vivos, desde la diversidad de vida bacteriana en los suelos, la acción de los insectos y polinizadores, la interacción de aves y mamíferos, hasta la diversidad de la vida vegetal que les da cobijo. En adición los ecosistemas con grandes masas de árboles son pulmones del planeta que capturan CO2 y liberan Oxígeno, regulan temperatura y humedad, y favorecen como consecuencia la estabilización de los climas. Los grandes cambios de uso de suelo (de ecosistemas llenos de biodiversidad a zonas urbanas, ganadería o monocultivo) no solo transforman sistemas biológicamente productivos que proporcionaban servicios ambientales en abundancia (generación de oxígeno, producción de agua, regulación de clima, polinización, retención de nutrientes) en sistemas sedientos de agua, energía y nutrientes, sino que disminuyen la capacidad fotosintética de la tierra y favorecen los procesos de desertificación, donde todo existe menos la vida.
Exceso de contaminación química.
A lo largo de la revolución industrial que nos rige, particularmente el último siglo, los humanos hemos creado tal cantidad de sustancias químicas sintéticas que al descargarlas en la naturaleza realizamos un experimento ambiental de consecuencias impredecibles e inesperadas debido a las profundas alteraciones en la salud de todos los seres vivos (mutaciones, deformaciones, malformaciones, etc.), que dichas sustancias causan. La más delicado es la persistencia de dichos los químicos sintéticos a través de las cadenas alimenticias; por ejemplo: Un pez que coma muchos peces pequeños que hayan acumulado en su metabolismo mercurio contenido en al agua; concentrará a su vez en si mismo una elevada cantidad de dicho metal, favoreciendo su acumulación en el siguiente nivel de la cadena alimenticia, así subsecuentemente hasta llegar a nosotros; causando alteraciones de consecuencias inesperadas y desconocidas en el metabolismo humano. Este sencillo ejemplo señala la urgencia e importancia de diseñar modelos que no favorezcan la concentración en suelos, agua, aire y de sustancias producidas por el metabolismo de la industria. El estudio menciona en particular el efecto que la concentración de los químicos emanados del uso de aerosoles pueda tener en la composición de la atmósfera; particularmente en la Estabilidad de la concentración del ozono atmosférico.
Presión sobre el recurso Agua y Huella Hídrica.
A pesar de ser el agua el recurso mas abundante sobre el planeta, solamente el 2% de todo el gran volumen puede ser utilizada en su estado natural. 70% del agua potable “al natural” se encuentra en glaciares y masas de hielo perpetuas, 28% en el subsuelo y 2% en cuerpos de agua. La naturaleza a través del ciclo del agua la mueve de los mares a la atmósfera y a la tierra, pero es gracias a los servicios ambientales que brindan los ecosistemas que se puede regenerar, es decir: tenerla apta, disponible y en abundancia para el uso humano y de todas las especies. Mucho se ha hablado sobre este tema pero solamente mencionaremos que los hombres pueden ir a la guerra por el agua, en el momento que no se tenga suficiente acceso a fuentes de agua potable (oferta), para satisfacer la producción de comida, los bienes industriales y las necesidades de consumo (demanda); lo cual puede tener su origen en la sobreexplotación de acuíferos, en el exceso de contaminación de los cuerpos de agua, en el daño ambiental (los árboles son fábricas de agua) o las diversas combinaciones de estos factores.
Si la tierra, nuestra casa, es un sistema complejo donde gracias a la interrelación e interconexión de todos sus sistemas el entramado de la vida tiene la propiedad de buscar permanentemente conducir a estados de equilibrio, deberíamos con sentido de urgencia regenerar la manera en que como especie y como civilización humana interactúa con ella debido a que: En la naturaleza como en la vida tierra no hay premios ni castigos, solo hay consecuencias.